miércoles, 7 de julio de 2010

Carta abierta a Lunático

Querido Lunático:
Veo que, a pesar de andar por un camino de rosas, tu estado sigue "algo" inestable. ¿Que cosa no? Vos te esforzas, das lo "mejor de vos" (bah, entre comillas porque siempre se puede dar más, pero vos sos tan limitado como cada ser que transita esas calles que están a la vuelta de tu casa), seguís ocupandote de vicios, heridas y herejías ajenas y así estas: enfermo por todas partes.
JA!
¿Todavía no entendiste del todo el término madurar no? Seguís buscando, aunque sea indirectamente, ese lazo rojo que tape y, minimamente, sane ese corte, llene ese vacio o agujero que ríe a hondas carcajadas dentro tuyo.
Tu mirada sigue igual: Triste y Esperanzadora, solo que ahora vas notando esos surcos negros que se dibujan por el lienzo de tu rostro. También veo que tu esperanza, por más que reciba diez mil balazos o una bomba en su cabeza, sigue de pie y espera en la misma estación donde estás parado hace ya varios años.
JA!
¿A quién querés engañar? ¿A tus amigos, a tu familia, a tu entorno? ¿Aducis tu caverna a ese ángel que discutió y renegó de tu ayuda, dejandote "como uno mas", como un "normal"? ¿El verdadero culpable de que no se esté dando todo como tu mano profesa es el destino o de quien está afectado? ¿Que no quieras cumplir tus fantasías enfermizas es parte tuya? ¿Qué te sientas reemplazado como se cambia un foco de luz a otro te estaquea las entrañas?
JA!
Perdón, pero no puedo dejar de reírme (y lo hago con sarcasmo, porque si me vieras en mi interior, sabrías que mi risa contagiaria hasta al más penoso).
Podés engañar a tus amigos, podes mentirle a tu familia, podrás pintar palabras y excusas con tu entorno (que de hecho, no te conocen lo suficiente), pero para lamento tuyo hay dos personas a las cuales no podés mentirle:
A VOS MISMO
Y A MÍ
JA!
Sabés que pienso que el tiempo siempre esta a disposición nuestra, aunque vos sabrás que no siempre juega a nuestro favor.
Sabés que todas esas luces mínimas, simplemente no reflejan absolutamente nada más que rincones vacíos, donde no hay fantasmas que vos solo querés encontrar.
Sabés que todo llega a su debido tiempo, que el tren pasa por sí solo y no yendo a buscarlo hasta la terminal.
Sabés que mejor estar conmigo y con vos, que mal acompañado.
Tu mutación es visible y, admito, debo felicitarte por ello. Pero sabés que no es suficiente aún para que corras por las vías.
Solo tengo una solución concreta a tus problemas de cotillón:
Abocate a tu camino de rosas, no sea que aparezcan nubes negras en este cielo azul y la lluvia te empiece a quemar.

Siempre (in)dependiente de vos:
Sin Alas

P.D: Dejá de ser tan previsible, por favor.

Correr por ilusiones de cristal

hará que te cortés solo

Seguir a luces artificiales

hará de tí un ciego más

NO LO OLVIDES

martes, 6 de julio de 2010

Aplastamiento de las gotas - Julio Cortazar

Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que
se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.
Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.

(Julio Cortazar)



Somos gotas y gotas
que caen desde el cielo
hasta dar con el suelo
El capricho de la vida
de hacer llover siempre
hasta volver a comenzar

Dedicado a:
la que comparte MI SANGRE

y marca MIS DIFERENCIAS

Sin Alas