lunes, 26 de marzo de 2012

Platónica

Desperté al fin
con ganas de secar tus lágrimas
entre la sal y la arena
perdernos en el mar es una buena opción.

No se porqué
pero apareciste bajo el sol, sin más
un cigarrillo entre tus dedos
gritó que al fin me consumieras.

La sola y entera presencia
de tu inquietante y envolvente existencia
pudo más que mi genio
para así luego dominarme.

En las grutas brotó una sonrisa
que luego se perdió en la brisa
y en un momento de distracción
tu cigarro dejó de humear.

En un descuido verbal
con el suspiro del final
disparé aquella rebeldía pura y estúpida
que tantas veces reprimí en negación.

Pero al final ese sol de verano se apagó
para dar lugar a la primera hoja del otoño caída
mi cama deshecha y yo despierto
sabiendo que ni en sueños te puedo tener.

Desearía que estés aquí
y cambiemos los hechos
que se abra tu cielo
para poder curar tus infiernos
si algo de lógica tienen los ruegos
ahí será donde los míos le pidan a Alguien
la oportunidad de volver a estar solos
para romper con nuestros labios
esa maldita etiqueta que yace en tu frente
y te conviertas al fin y para el siempre de hoy
en tirana de mi lugar, de mis gobiernos.

Tirar o ser aplastado por ese muro
no quedarse quieto tras el umbral
esa es la cuestión.

(Alejandro Caminos, 2012)

Imposible es resignación
Tal vez ya bajé los brazos
... o no...

S.A: Estúpidos sentires, simples mortales.

Sin Alas.