martes, 22 de marzo de 2011

Dos

Dos es el número correspondiente al problema. Dos son los caminos estrechos que separan una vida de la otra. Ambos son inciertos como inseguros a pesar de las supersticiones y suposiciones, pero lo concreto es que cada uno tendrá sus lunas y sus estrellas.
Uno lleva a los fríos polares de las miradas indiferentes y ambiciosas, un lugar que Dios siempre olvida visitar. El frío cala hasta los huesos para romperlos y reconstruirlos una y otra vez. Un sitio inhóspito en el cual los nuevos problemas buscan su desafío a muerte y las soluciones se arrastran, moviendo sus pañuelos blancos en señal de atención y calor. Es la tierra de la monarquía insulsa que busca a su primer rey.
El otro sendero conduce al desierto donde El Señor siempre juega con su lupa y los rayos del sol. Los médanos son tan grandes como las mismas montañas y se derrumban con facilidad si no se tiene el más mínimo cuidado. Las arenas movedizas, tramposas e impiadosas, se esconden en el panorama y absorben, tragan y escupen a quien las pise, como araña que caza con su invisible red. El problema es paisaje y la solución, agua. La búsqueda del oasis perdido y el arte de caer en los dulces espejismos decenas de veces.
Antes de dar el último paso hacia alguno de estos paisajes, la lluvia caerá y cada gota susurrará un interrogante: "¿Qué tan malo será romper las cadenas de la moral por una vez?", "¿Qué gano y qué pierdo en este mundo carente de empates?", "¿Por qué y para qué?", "¿De qué me sirve todo esto?", "¿Y sino?", "¿Deberé tomar este atajo, así sin más, por más cruz que haya?", "¿Causas y efectos?", "¿Acción y reacción?". Las preguntas son tantas y reiterativas que llegan hasta el último confín del infinito.
Dos son las caras de la moneda que ya se lanzó hace rato y que gira velozmente por los aires. Una es la opción a elegir antes de que caiga y sea demasiado tarde.


(Alejandro Caminos, 2011)

Sin Alas

domingo, 13 de marzo de 2011

Torrente



Como las nubes que tapan al sol, tu me serenas
y en la foto de ayer, mañana y hoy, ya no desesperan
el fuego y la terquedad contra el asilo
ya no existe más Su Majestad, sólo queda este circo
de un corazón triste en cadenas, mendigando un poco de amor
con la corona caída, olvidándolo.
En las sales de esos paisajes que no me recuerdan
conviven la sed con el pasado, y en la arena
que todo lo entierra sin piedad, sin miramientos
quedó el aliento de los jazmines de primavera
tragados vilmente por el invierno.
Hoy el campo me regaló un horizonte sin fronteras
con una rosa que me susurró al oído que no existen barreras
la luz de las estrellas y el viento glacial
darán a los caminos de tierra como si fuese obra del azar
¿Será el llanto de los dioses y su constante tronar?
¿O el perfume solemne de la luz lunar?
El verde césped con el rocío
son las alas grises de la libertad
y la tinta de todos los recorridos
el sendero a la prisión de un encierro natural.
Torrente gélido de hojas, proveniente del mar
no permitas que el tiempo nos vuelva a encontrar
que tus hielos sean eternos y no me dejen volver
que tus remolinos incesantes no le permitan volver
y desaparecer...
(Alejandro Caminos, 2011)
Sin Alas

jueves, 3 de marzo de 2011

IDA

El camino se aligera lento
como un telón de estrellas que prohíben olvidar
bienvenido al viaje de ida, hermano
de la contradicción triste y real.

La oscuridad de siempre nos cubre
aunque esta vez brille por demás
desaparecer no es un simple antojo
porque ella se vistió de necesidad.

La chispa se hizo incendio
y ahora te ahogás en el mar
tu único timón es este sendero
sin retorno, sin final.

Te cantaron Norte y truco sin aviso
cuando su puñal terminó de perforar
todo sentido como fundamento
convirtiendo al sur en tu prisión, tu encierro, tu libertad.

Pero las agujas siguen en marcha
los paisajes negros varían
que tu tinta sea roja
y tu pluma todavía resista.

La bruma nació para ocultar, confundir y ser dispersa
las pocas luces que quedan son vigías y alertas
bienvenido al viaje de ida
del cual no querrás volver.


(Alejandro Caminos, 2011)



Es hora de hacer otros caminos, otra vez. Es turno de marcar nuevas cartas como también descubrir algunas resoluciones y, como tales, ES HORA DE PONER EN MARCHA ESA IDA QUE TANTO PREDICASTE.
Ya no hay más tiempo para temblores esquizofrénicos como sentimentales, ya no hay motivo alguno para bajar la guardia, PARA VOLVER A CONFIAR ¿o es que se te olvida aquella lejana estrella que te ilumina?
No hay necesidad de esos empalagosos parámetros... no aún.
PENSAR PARA PROYECTAR y NO RECORDAR EN MAL RETROCESO. Que esa IDA TE LO MARQUE, porque, sino, ESTARÁS PERDIDO.
La cuenta regresiva comenzó hace rato y recordá que ESTÁS A PRUEBA, QUERIDO Y SIMPLE MORTAL.

Nunca tuyo, Siempre presente.

Sin Alas.