Como las nubes que tapan al sol, tu me serenas
y en la foto de ayer, mañana y hoy, ya no desesperan
el fuego y la terquedad contra el asilo
ya no existe más Su Majestad, sólo queda este circo
de un corazón triste en cadenas, mendigando un poco de amor
con la corona caída, olvidándolo.
En las sales de esos paisajes que no me recuerdan
conviven la sed con el pasado, y en la arena
que todo lo entierra sin piedad, sin miramientos
quedó el aliento de los jazmines de primavera
tragados vilmente por el invierno.
Hoy el campo me regaló un horizonte sin fronteras
con una rosa que me susurró al oído que no existen barreras
la luz de las estrellas y el viento glacial
la luz de las estrellas y el viento glacial
darán a los caminos de tierra como si fuese obra del azar
¿Será el llanto de los dioses y su constante tronar?
¿O el perfume solemne de la luz lunar?
El verde césped con el rocío
son las alas grises de la libertad
y la tinta de todos los recorridos
el sendero a la prisión de un encierro natural.
Torrente gélido de hojas, proveniente del mar
no permitas que el tiempo nos vuelva a encontrar
que tus hielos sean eternos y no me dejen volver
que tus remolinos incesantes no le permitan volver
y desaparecer...
(Alejandro Caminos, 2011)
Sin Alas
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