En su grave rincón, los jugadores
Rigen las piezas. El tablero
Los demora hasta el alba en su severo
Ámbito en que se odian dos colores.
Adentro irradian mágicos rigores
Las formas: torre homérica, ligero
Caballo, armada reina, rey postrero
Oblicuo alfil y peones agresores.
Cuando los jugadores se hayan ido
Cuando el tiempo los haya consumido
Ciertamente no habrá cesado el rito.
En el Oriente se encendió esta guerra
Cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra
Como el otro, este juego es infinito.
(Jorge Luis Borges)
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