Barrio añejo y olvidado
Almagro canta tu tango de ayer
mientras Gardel acompaña con su china criolla
y al dos por cuatro vemos el amanecer.
Mañanas en el Abasto, como un hormiguero
dame dinero, trabajo y fe
y El Banderín que se alza en Billinghurst y Guardia Vieja
con fútbol, política y un café.
Adoquines untados en milongas
cuando el cielo nostálgico empieza a llover
bailan los recuerdos con sus spikas
y Cambalache predice lo que hoy vamos a ver.
Almagro ruidosa y apurada
¿Dónde quedó tu andar tranquilo?
ahora todos somos gacelas que vienen y van
desconfiando del reloj y del destino.
Almagro de jinetes ciegos y caprichosos
nenes que no ven más allá de su ventanal
que se tapan los oídos y no quieren escuchar
lo que los demás tienen para cantar.
Ay Almagro, si Troilo te viera
vestida de moda e intranquila
danzando sola por Corrientes
mientras la gran ciudad devora tus avenidas.
Dulce barrio, que evoca distancias y melodías
dulce ser, Almagro, existes y te recuerdan
por una cabeza, por tu canción de ayer.
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