martes, 30 de noviembre de 2010

Buenos Aires de plata


Buenos Aires se viste de plata
y grita su furia en truenos de novela
y yo aquí encerrado, a punto de salir a deambular.

Cuando Buenos Aires llora
ya no quedan meras certezas
y el surrealismo se presta a caminar.

El repiqueteo de las lágrimas ajenas
se hacen propias al rozar sus penas con las mías
y Buenos Aires se hace una.

Es cuando todos se ocultan en sus muros
el hombre se vuelve autista y culpable
y Buenos Aires se apropia de los sentimientos.

Las plumas de los románticos
los pasos de los aventureros
las sonrisas de los pesimistas
los cuchillos de los suicidas
Buenos Aires se hace teatro
mientras grita su furia en truenos de novela
y sólo los amantes de la soledad, como del romanticismo puro
son capaces de consolarla.

Ya salgo Buenos Aires de plata
Ya cruzo la puerta, mujer, para poderte consolar...


Sin Alas

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